Nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestra responsabilidad histórica estudiantes universitarios



Hoy en tiempos modernos, en nuestras sociedades globales, vemos en las universidades públicas, a una gran masa de universitarios, que son el futuro de la sociedad, con miras a un futuro grandioso, llenos de paraísos de opulencia, de riqueza, de vanguardia, etc. Un lugar donde todo hombre puede llegar a ser un triunfador, un hombre poderoso, ya sea en los negocios, o en la política, o en negocios de capital de dudosa procedencia, que para el caso, las antes mencionadas y esta, son tal para cual.

En nuestras sociedades modernas, vemos como masas de estudiantes se gradúan, con títulos suntuosos, en marcos que exaltan la victoria, de ser un profesionista más, alguien con un estatus más alto, que el de la mayoría de las clases proletariados, campesinos y los sin clase, los olvidados nuestros indígenas. Alguien que cree que con un titulo suntuoso, se gana la calidad moral. El respeto de la sociedad y el de su propia conciencia, y esos poderosos curriculums avasallantes, tapizan las paredes de sus casas, despachos, trabajos etc. y que son como trofeos de los intereses privados, de esos intereses al margen sociedad. Que para el caso de estos profesionistas, poco importa los intereses de la sociedad, si hay mas demanda por los intereses particulares, hay que satisfacer el ego y las necesidades banales del mundo consumista, de la aldea global.

Y hoy, yo me pregunto: ¿y donde están las juventudes? ¿Dónde están los universitarios con esa capacidad reflexiva? ¿Dónde están esos estudiantes que luchan por cambiar el mundo? ¿Dónde están aquellos que cambiaran nuestra realidad lacerante? ¿Dónde? Aquellos en los cuales se invierten recursos para crear profesionistas de cara a la sociedad, y no son recursos del gobierno, son recursos del pueblo, de los impuestos. De los recursos naturales, que en esa explotación sangría y lacerante de nuestra tierra genera los recursos para semejante empresa.

¿Donde están? ¿Donde han estado? ya van varias generaciones y el cambio…
Ese cambio tan necesario no a llegado, por varias razones, y la causa mas importante desta es la “prostitución Mexicana”, y aquellos que se enfilan en los engranajes del sistema, esa gran masa uniforme de estudiantes universitarios, esa masa de juventudes que se han prostituido, se ha institucionalizado bajo los marcos de la politización en la universidad, el sistema los ha aletargado en la capacidad de concientización, congelando el proceso revolucionario de la transformación social, el hombre vive en un estado de imposibilidad de un cambio real, de proceso dinámico de la transformación social.

Nosotros, las juventudes debemos entender que nosotros somos un factor dinámico de los procesos de cambio social, y a su vez; asumir nuestra responsabilidad histórica.
Que el ser joven implica un compromiso directo con la sociedad, que nosotros los jóvenes, debemos de tener muy en claro el papel que desempeñaremos en la sociedad, que hay posibilidades de modificar el sistema en beneficio de la sociedad, del pueblo de los mas desprotegidos, y no solamente a una minoría privilegiada, que nosotros tenemos la fuerza de poner en marcha las ruedas de la historia, y llevar adelante ese cambio, ya tan necesario en nuestras sufridas tierras, sin caer en antagonismos, o caudillismos, y mucho menos creer tener el monopolio de la razón y de la verdad, de la vanguardia, que las ideas en si mismas, enriquecen en movimiento social, como los leños a la hoguera, que estas ideas contribuyen en el propósito común, e incluso en forjar un pensamiento renovador que ayude a las masas populares, a liberarse del yugo explotador del imperialismo al que han sido sometidos, ya sea por la oligarquía local, o por los intereses del gran capital internacional.
Es por eso que nosotros los universitarios; debemos de liberar nuestra universidades de la servidumbre de los intereses bajos y mezquinos, de corrientes neoliberales, seudo-científicas, dominantes de la aldea global (metrópolis). Que en su intento de ahogar la inquietud y la conciencia de las juventudes, quieren restablecer viejos valores heredados de la vieja vanguardia de la burguesía, con el argumento de modernizar los centros de estudio, creando sistemas educativos de vanguardia, que en el trasfondo del asunto, esconden su fin por el cual han sido creados, y que en bajo este sistema, las universidades generan masas de hombres estrechos de mente, jóvenes con almas de viejos, jóvenes institucionalizados, incapaces de responder a los problemas sociales, a su contexto, y esto agrada a los interés mezquinos de la oligarquía. Porque entonces las revoluciones se congelan en el tiempo, en la tierra donde no pasa nada, nuestra tierra.

Con estos universitarios, profesionistas y técnicos dóciles y eficientes capataces de la oligarquía nacional y extranjera, ignorantes y aún hostiles a las necesidades y aspiraciones de los olvidados, los proletariados, el pueblo, los campesinos
Aun no se puede concebir, como puede existir jóvenes universitarios, que se prostituyan en el sistema, por sus intereses, sin tener una brecha de conciencia, que límite sus acciones en contra de las masas, como es posible que no se den cuenta, o que eludan la realidad, de que es necesario un cambio radical, que responda a los intereses de los mas necesitados.


y por ende debemos asumirla como tal, y si somos estudiantes universitarios, debemos de entender que hay jóvenes como nosotros, que tienen los mismos años, pero con distinta condición dentro de las realidades concretas, porque viven marginados, expoliados, explotados, politizados, vilipendiados, que tienen cultura, que tienen la misma nacionalidad, el mismo origen, las misma historia, pero no la justicia social, no la equidad, y mucho menos las libertades de las gozamos nosotros.

Nosotros los jóvenes universitarios esencialmente, debemos de asumir nuestro puesto deste proceso histórico.
Que tenemos que ser un factor determinante dentro de los procesos dinámicos de transformación social.
Que nosotros los jóvenes universitarios, tenemos posibilidades de comprender los fenómenos sociales, económicos, políticos, culturales, de las realidades del mundo, y por ende debemos ser parte de los procesos dinámicos del movimiento social.

Que el ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica, como podéis estancarnos en un dogmatismo, en un sectarismo, que nos aleja de las realidades del mundo, de la sociedad de la cual partimos y de la cual nos alejamos, que en el momento en que nos institucionalizamos nos volvemos sectarismos bancarios dentro de el engranaje del laberinto burocrático-político, que es uno de los males mas nocivos y de mas pesadumbre y onda raigambre en las sociedades capitalistas, y germen antirrevolucionario.

Que los grandes imperios capitalistas, que desarrollan su germen nominalista, en las nuevas naciones neo-coloniales y que apoyados por la oligarquía burocrática de nuestros estados latinoamericanos, se han apodera de la casa pública, de nuestros derechos, de nuestras conquistados ganadas através de nuestras luchas en los procesos emancipatorios, en las revoluciones, en los movimientos sociales. Que en este ambiguo sistema político, donde el mismo estado en conjunto con la burguesía, crea supuestas elecciones políticas no democráticas, que son las nuevas formas finas y sutiles del sistema, algunas veces, burdas y oblicuas, pero siempre versátiles para sus intereses.

Que nosotros como estudiantes universitarios, no podemos pasar por alto estos hechos que atentan contra nuestras libertades, que atentan contra nuestro futuro, contra nuestra identidad de la libre determinación de pueblos y naciones de America latina y del mundo.
Que no hay cabida para la apatía, la inactividad, la desesperanza.
Que la esperanza es la necesidad ontológica que necesita anclarse en la práctica, en cuanto la necesidad ontológica, la esperanza necesita de la práctica para volverse historia concreta.
Que ya no podemos ignorar las realidades de mundo concreto, no podemos vivir en esferas de cristal, en el mundo, donde no pasa nada.
Ya no podemos tolerar la enajenación que nos hacen día a día, “en lo más profundo de nuestro ser”.
Que nosotros como estudiantes universitarios no podemos ser cínicos entre cientos y miles de estudiantes, y mucho menos de frente a la sociedad, con tantas necesidades que existen. ¿Cómo es posible tanta apatía, tanta desesperanza? con que cara miraremos a nuestros hijos, cuando los tengamos y nos reprochen ellos ¿y ustedes que hicieron para evitar esto?, ¿porque lo permitieron? ¿Por qué dejaron que nos avasallaran? Entonces nos miraremos perdidos en la melancolía, en la nostalgia, en la pesadumbre, sin más que hacer que llorar. Porque seremos muertos en vida. Sin cultura, sin nacionalidad, exterminados como masas uniformes, un número mas para el sistema. Hoy por eso se levantan las masas llenas de voces, que claman justicia, exigen libertades y luchan con ahínco, por nuestro futuro. Por eso hay que acabar con la apatía, la desesperanza, el miedo, porque estas nos inmovilizan y nos hace sucumbir ante el fatalismo.

No soy un esperanzado en la utopia por pura terquedad, sino por imperativo existencial he histórico. Es por ende que el dogmatismo y el sectarismo deben ser combatidos y abatidos. Hay que luchar por la utopia, por nuestra America, “nuestra utopia americana”.
La juventud debe de entender entonces que no hay enfrentamiento de generaciones, que hay enfrentamiento social.
Que se debe de dar apertura al dialogo, a la discusión, pero a la discusión para entender, para esclarecer, no para imponer ciertas posiciones, ciertas pasiones o intereses privados.
Que el estudiante universitario debe de asumir una postura política y social, una doctrina ideológica que sea la respuesta a las necesidades sociales, de su tiempo, de su espacio, y no ha de realidades ajenas, de mundos con otras dimensiones históricas.

Vasta ya de la imposición, vasta ya del neocolonialismo, vasta ya a la dominación transcultural, vasta ya al genocidio cultural, al genocida ambiental, y al exterminio de nuestros pueblos latinoamericanos, que han soportado por mas de 500 años los embates de las superpotencias, que se enriquecen de nuestra sangre, de nuestro dolor y muerte, por la explotación y la expoliación.

Que nosotros los jóvenes estudiantes universitarios, nunca debemos olvidar el papel que desempeñaremos como factores determinantes, dentro de los procesos dinámicos de la transformación social. De ese movilismo social, que es el motor esencial en la sociedad, para los transformación dentro de los procesos históricos.

Que nosotros nunca debemos de olvidar, que somos del pueblo, para el pueblo, por el pueblo.
Que ha llegado el tiempo, nuestro tiempo de emerger, si, de que despierte México, del obscuro letargo embrutecedor de más de 500 años. Ya lo están haciendo nuestras hermanas naciones latinoamericanas. Asume tu responsabilidad histórica.

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